septiembre 23, 2011

La Caravana de la paz llega a Guatemala


La Caravana de la paz en Chiapas - 14 de Septiembre de 2011


Fuente:


La Caravana llega a Guatemala
e increpa a siete naciones

PARIS MARTÍNEZ (@PARIS_MARTINEZ)

 
La Caravana por la Paz en la frontera que divide México y Guatemala. FOTO: Cuartoscuro

Justo cuando el Sol se ocultaba, en punto de las 19:15 horas, la Caravana de Paz cruzó ayer  el Río Suchiate, frontera natural con Guatemala, para posarse sobre suelo del vecino país (aunque sin abandonar las barreras del puente que une ambas naciones), y ahí no sólo formular una petición de perdón a los migrantes latinoamericanos que son vejados en suelo mexicano, en su ruta hacia Estados Unidos, sino también para expresar, en conjunto con las organizaciones del otro margen, exigencias concretas a los gobiernos de Nicaragua, Ecuador, Colombia, Honduras, Argentina y, por supuesto, México y Guatemala.

Más allá de la mitad del puente, cobijado por las víctimas de la violencia provenientes de ambos lados del río, Javier Sicilia, quien encabeza la movilización ciudadana, pidió a los migrantes latinoamericanos “que nos perdonen por no levantar la voz antes, por no tener fuerzas necesarias para detener antes el dolor, ni para impedir los secuestros y asesinatos de los que son sujeto en México”, y afirmó que “es una vergüenza nuestra que aquí (en la frontera con sur) no empiece para ellos y ellas una vida mejor, sino un calvario a manos de bandas de homicidas y de autoridades cómplices”.

“Su dolor –afirmó el poeta–, nos duele y se agrega al de las miles de personas que sufren en nuestro país, en donde vivimos inmersos en un lodo que ha borrado las fronteras entre el Estado y el crimen”, problemática de la cual, dijo, “la impunidad con que opera el Instituto Nacional de Migración es un ejemplo“.

“Hermanos y hermanas –remató–, venimos desde muy lejos, recogiendo dolores, increpando a nuestras autoridades, para pedirles el perdón que, en realidad, debería de pedir nuestro gobierno.”

 
FOTO: PARÍS MATÍNEZ
Los migrantes rezaron y prendieron un veladora para pedir por los suyos.

Reclamo a siete Estados

La ceremonia de bienvenida a la Caravana de Paz, dirigida por el Comité de Unidad Campesina (CUC) de Guatemala, se realizó teniendo como centro un pequeño altar, en el que un cirio iluminaba una modesta reproducción de San Juan Diego arrodillado ante la Virgen de Guadalupe.

Ahí, ante las más de 700 personas reunidas, el dirigente guatemalteco Rafael González, del CUC, restaltó que en su país “se conoce bien de la lucha que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad emprende” y resaltó que, “a pesar de que nos han dividido como pueblos”, debe recordarse el mensaje de nuestro libro sagrado, el Popol Vuh, que dice: ‘Que todos se levanten juntos, que ningún grupo se quede atrás’”.

González, además, fue el encargado de leer las exigencias de lo que él llamó la Caravana Internacional de Paz a distintos gobiernos del subcontinente, empezando por el nicaragüense, al que demandó reconocer y respetar los modelos políticos tradicionales de los grupos indígenas.

Al gobierno de Ecuador se reclamó consultar a las comunidades indias antes de adoptar políticas que las afecten, así como detener la privatización de sus playas y la entrega de los recursos naturales a empresas privadas.

En tanto, al gobierno de Colombia y a las guerrillas que ahí operan se les pidió entablar un diálogo humanitario que termine la guerra fraticida de décadas y a Argentina se demandó reconocer los títulos comunitarios sobre la propiedad de la tierras que habitan.

Al gobierno actual de Honduras, surgido tras un golpe de Estado, se reclamó respeto irrestricto a la cultura, tradiciones y autodeterminación de los pueblos originarios.

Vino entonces la exigencia al Estado guatemalteco, a cuyos “politiqueros” se reclamó no lucrar más con la pobreza del pueblo, en busca de votos y al mexicano que cese el acoso a las comunidades zapatistas, así como a los pueblos de Atenco y Comalapa, además de la cancelación de las concesiones de tierras indígenas a empresas mineras trasnacionales.

“saber que mis hermanos hacen estas salvajadas en nuestro país, me hace sentir humillado“ dijo Julián Lebarón

Basta…

Luego de escuchar el testimonio de Dalila, una migrante que sufrió abuso sexual por parte de un traficante de personas, en su cruce a México, Julián Lebarón, otro de los emblemas del Movimiento por la Paz, que el pasado martes se sumó a la Caravana, aseguró que “saber que mis hermanos hacen estas salvajadas en nuestro país, me hace sentir humillado“, para luego narrar que ya antes, al trabajar en Estados Unidos con migrantes de El Salvador y Honduras, vivió a su lado el secuestro y asesinato de la hermana de uno de ellos, por la que incluso se pagó el rescate.

Vino entonces el pronunciamiento de un  grupo de jóvenes que, por iniciativa propia, leyeron un pronunciamiento en el cual se condena “esta noche neoliberal, en la que la política y el negocio de la muerte rompen el tejido social (…) y en la que quienes se erigen y vanaglorian como dueños de Nuestra América nos han quitado el derecho a la educación, a la salud, a la vivienda, a un trabajop digno y, más aún, el derecho a la vida misma. Hoy decimos ¡Basta! ¡Basta a una guerra falsa!”.

Ellos no fueron, sin embargo, los únicos jóvenes en fijar su postura.

Antes, incluso, de que Sicilia llegara al puente fronterizo, 13 muchachos aguardaban, justo a la mitad del camino, trenzados sus brazos por encima de los hombros, formando un círculo cuyo significado, reveló uno de ellos, era “la unidad”.

Los trece jóvenes, oriundos todos de Suchiate-Ciudad Hidalgo, Chiapas, aguardaron en esa postura hasta que la Caravana de Paz hizo su aparición, en el extremo mexicano. Fue entonces que, sin romper la cadena, avanzaron hasta el lugar donde esperaba el cirio y la imagen religiosa, sobre una sencilla mesa, y ahí se convirtieron en el cinturón que resguardó a los líderes civiles, mexicanos y guatemaltecos, en su encuentro de ayer. Para entonces, el Sol se había ocultado.

Mácula

Cabe destacar que el acto completo hacia el lado guatemalteco no pudo concretarse, debido a la dilación en la entrega de una lista con los nombres de los integrantes del contigente, que ya estaba pactado con el cónsul de aquel país en la Ciudad de México, Héctor Sipac.

Trascendió, además, que al menos 25 personas han presentado problemas estomacales durante el viaje, a causa de la poca resistencica a la variedad de alimentos que, en los distintos puntos de descanso, se han consumido.

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